
A lo largo de los milenios, bajo la acción del agua de lluvia, los fenómenos de erosión han ido esculpiendo con paciencia las galerías de Lezea. Se encuentran ahora en la parte superior de la cueva.
Aquí, el agua ha cesado su trabajo desde hace mucho tiempo. La capa arcillosa que cubre hoy la bóveda que se encuentra sobre sus cabezas, protege la cueva impidiendo que al agua se filtre, a excepción de unas pocas fisuras que alimentan este lago y esta preciosa concreción que se encuentra frente a ustedes.